¡La importancia de la Fibra y su papel en la flora intestinal!
Publicado el :
21/05/2018 13:15:02
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LA FIBRA
Hace unos años no se daba importancia a la fibra porque no aporta sustancias nutritivas como vitaminas, minerales o proteínas, y se creía que tenía un valor secundario. Sin embargo actualmente se reconocen sus efectos imprescindibles en nuestra dieta.
Tiene una importante función en la digestión de los alimentos porquehace más lento su paso por el estómago. De este modo logra aumentar la sensación de saciedad y evita que la glucosa penetre de forma incontrolada en la sangre. Se le llama prebiótica porque es el alimento de los microorganismos benéficos.de la flora intestinal y la que la mantiene en equilibrio. La microbiota tiene una importante función de protección frente a todo tipo de infecciones, ya que refuerza el sistema inmunitario.
Es fascinante comprender la naturaleza de la microbiota intestinal. Son billones de microorganismos, y las bacterias beneficiosas neutralizan las patógenas. Su equilibrio depende en gran parte de nuestra alimentación. Los alimentos de origen vegetal, que nunca deben faltar en nuestra dieta, tienen un efecto prebiótico, porque contienen mucha fibra, especialmente las verduras, cereales integrales y legumbres. Si además se trata de alimentos crudos, como frutas y ensaladas, se aportan enzimas vivas que ayudan al normal funcionamiento de la flora. Otros alimentos tienen un efecto probiótico, porque aportan más microorganismos benéficos, es el caso del yogur, el kéfir, la chucrut, los pickles y la kombucha.
Por otra parte el efecto de arrastre de la fibra facilita el pase y la evacuación de los desechos a través de los intestinos. La capilaridad de las paredes del intestino delgado permite la absorción de los nutrientes y su paso al torrente sanguíneo. Mientras, su flora microbiana degrada los restos, facilitando que sean expulsados por medio de movimientos peristálticos. La absorción de nutrientes continúa incluso en el intestino grueso, de modo que cuando los restos permanecen más tiempo de lo normal, se reabsorben también elementos indeseables como exceso de colesterol, toxinas y minerales pesados.
Una dieta sin apenas vegetales y poca fibra, tiene una gran dificultad para hacer crecer su flora benéfica y el proceso de expulsión se hace pesado y difícil. Las dietas con mucho azúcar facilitan el crecimiento de flora indeseable, como las cándidas. Por otra parte, el peristaltismo se activa con una vida activa, el exceso de sedentarismo reduce la movilidad del intestino. De la combinación de estos factores surge el estreñimiento, que ha de observarse siempre como un síntoma que nos advierte de las prácticas poco saludables. Suele ir acompañado de hinchazón, gases, pesadez, dolor abdominal y hemorroides. Siempre se le ha de prestar atención porque si persiste y se hace crónico puede ser antesala de enfermedades graves como el cáncer de colon.
Para las personas que tienen dificultad en equilibrar su ritmo intestinal existen numerosas soluciones en forma de fibras naturales que ayudan al organismo a elaborar este proceso. Las semillas de algunas plantas, como el lino, la chía, el psyllium o llantén, la avena y la zaragatona son especialmente útiles, porque además de fibra insoluble, que ejerce un efecto de arrastre, también aportan fibra soluble, que crea gelatinas que suavizan la pared intestinal. Otras soluciones son los FOS –Fructo Oligo Sacaridos- que son fibras solubles de la fruta como la inulina, que ejercen el deseado efecto prebiótico, promueven la sensación de saciedad porque absorben agua y regulan el tracto intestinal. Las más conocidas son las de pectina de ciruela, manzana o de cítricos como naranja o pomelo.
Existen plantas específicas como la cáscara sagrada o el sen, que tienen efecto laxante para crisis agudas, no crónicas. O el aloe vera, cuyo gel suaviza y activa todo el tracto digestivo. Otras, como el anís verde, el comino o el hinojo actúan sobre la aerofagia, disminuyendo la tensión de los gases. Son muy completos los compuestos que aportan enzimas, bacterias o elementos probióticos, de modo que complementan la función de las diferentes fibras. Las sales de magnesio son conocidas por sus efectos purgantes, pero en pequeñas dosis laxan suavemente y remineralizan el organismo.
Cuando la dificultad persiste, los enemas de compuestos vegetales como manzanilla y malva pueden ser de gran ayuda mientras se recupera el necesario equilibrio, ya que permiten reblandecer las heces, movilizar el intestino, calmar la irritación del recto y evacuar.